En
el límite del cielo y el mar se dibuja la linea del horizonte. El
mismo que tu ves. El mismo horizonte. A él confluyen millones lineas
de punto de fuga. Lineas imaginarias y perspectivas. Expectantes,
singulares, únicas, múltiples.
Un
velero y un carguero se cruzan en el horizonte y no chocan. Ni se
miran, ni se hablan. Cada uno en dirección opuesta se separan. El
tiempo los hará desparecer de mi horizonte. De nuestro horizonte. De
nuestra linea que une y separa el cielo, el mar y la tierra.
Y
el dolor pasará... y desaparecerá del horizonte, de mi horizonte,
de tu horizonte . Y nuevos aires moverán las veletas y giraremos
hacia donde Eólo quiera...
Y
unos se abrazan y se besan y tiemblan de emoción electrizados por
la ilusión…
Y
nuevas ilusiones emergen mientras otras marchitas han quedado
atrás. Y un carguero negro navega hacia atrás en el horizonte.