Cada vez que visito un edificio en estado de agonía, dejado a su suerte por sus últimos moradores o por su actuales propietarios a los que ya no les interesa nada de él. Y que todo su valor se reduce a su precio en el mercado como objeto suprimible y terreno edificable... Cada vez que esto sucede no puedo dejar de visualizar las vidas vividas en aquellos objetos,muebles y enseres cubiertos de polvo, y a veces de excrementos de palomas, que quedaron olvidados a su suerte junto con la del edificio.
Hoy he necesitado una linterna para moverme por uno de esos edificios. Estaba oscuro porque las ventanas y contraventanas se encontraban cerradas y atrancadas con tablones para evitar su apertura y la entrada de palomas, o evitar los portazos provocados por las corrientes de aire,o la entrada de agua de lluvia...
Y en medio de ese silencio y oscuridad casi espeleológico me encuentro en una dependencia totalmente vacía un vetusto refrigerador. Le enfoco con la luz del flash de mi smartphone y puedo leer...westinghouse.
Mi imaginación me traslada a los años cincuenta que he conocido a través de las películas americanas , a la revolución social que supuso la aparición de los electrodomésticos en aquella época para las clases acomodadas que podían permitirse uno de estos aparatos cuando en la mayoría de las viviendas todavía existían las fresqueras como elemento imprescindible en todas las cocinas.
Pero bueno... mi curiosidad me impulsa a abrir este curioso aparato y mi curiosidad se torna sorpresa e intriga...
En su interior vacío se aprecia entre los componentes del aparato un minúsculo congelador en la zona alta presidiendo todo el espacio .... , bandejas y en la parte inferior dos cajones de plástico para alojamiento de las frutas o verduras.
Pero en medio de todo esto hay algo que llama la atención... ¿de que se trata?
Parece media cabeza de material plástico de un maniquí... pero esta cabeza tiene la cara pintada de color rojo como ensangrentada.
Y el caso es que la apariencia de gota de sangre, todavía fresca, que se concentra en el labio superior me hace pensar el algo "milagroso", o cuanto menos... algo insólito.
Y me pregunto... ¿quien y porque ha guardado esta cabeza con el rostro ensangrentado dentro de un refrigerador?
Horas después de esta visita, escribiendo este relato, acabo de recordar que en una dependencia por la que pasamos en medio de la oscuridad, había colgado de una percha un vestido con delantal y cofia, y a su lado , en otra percha otro vestido mas "elegante" . Ambos envejecidos y cubiertos de polvo... Ante mi llamada de atención a los que me acompañaban diciéndoles que era el uniforme de una doncella del servicio domestico de la época ... , uno de mis acompañantes con sorna decía : "el de la cofia para cuando le llamaba la señora y el otro para cuando la requería el señor".
Así que ahora puedo imaginar que entre esos vestidos , el refrigerador y la cabeza del maniquí ensangrentada pueda existir alguna relación... Y eso , querido lector; da para pensar mucho, con la premisa de que la realidad supera siempre a la ficción . Pero eso, desconocido lector, lo dejo para tu ..... JAJAJAJAJA....investigación.