Todavía se encuentra en algún edificio descansillos con una banqueta que sirve para sentarse y descansar en la fatigosa tarea de subir la escalera.
Imaginamos a una señora mayor o de mediana edad, cargada con la cesta de la compra, sentada en el rincón del rellano o descansillo de la escalera viendo pasar al resto de los vecinos y echando una pequeña charla sobre el tiempo, la carestía de la vida o las noticias de sucesos publicados en la prensa .
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