Siento
la necesidad de un consumo desmesurado de devorar conocimientos,
libros, películas, teatro, cine, música, pinturas,
cultura...necesidad de hacer deporte y de comer sano para mantenerme
en buen estado de salud. Necesidad de evitar la ansiedad de la
situación. Necesidad de que hagamos todo lo posible por entretenernos y no
darnos cuenta del confinamiento colectivo al que estamos sometidos con
motivo de la pandemia del coronavirus covid-19.
Hoy
por casualidad me he encontrado con la palabra “procastinar” y he
tenido que buscar su significado en Internet que es la enciclopedia
del siglo XXI. Y es por ello que no he querido dejar para después eso
de escribir y dejar mi huella (no se por cuanto tiempo) en el espacio
virtual de este mundo que llaman Internet.
Sin
embargo; la necesidad de detener el tiempo en un instante de armonía , de tranquilidad, de paz me ha hecho rebuscar en mi memoria retazos
de mis vivencias vividas, gozadas y posiblemente cargadas de felicidad.
Hay
veces en las que recuerdo con nostalgia aquella época de mi vida, en
mi niñez, en que los días comenzaban con el amanecer y terminaban al
anochecer. Así de sencillo. Tal como suena. Las cosas sucedían sin
cuestionarnos nada.Estoy hablando de mi niñez, de los ocho o nueve
años. O por ahí, no se con precisión.
Y
en aquella época, de verano, en que el mundo empezaba , cada mañana, a girar con mi aro de una llanta vieja de bicicleta cuando salía
corriendo de casa de mis padres a encontrarme con algún amigo. Y le
encontraba y seguíamos corriendo cada uno con su aro en busca de mas
amigos...
Los días sucedían llenos de acontecimientos y aventuras en un mundo en el
que todo o casi todo estaba por descubrir.
Sin
embargo a la hora de la siesta hacia tanto calor que no nos dejaban
salir de la habitación donde dormíamos, hasta después de las cinco
de la tarde. Y salíamos a la calle con la merienda en la mano y sin
correr.
A
veces me iba con mi amigo el de la lechería a recoger la vacas que
estaban en algún prado. Había que llevarlas a la cuadra para que les
sacasen la leche que mas tarde podías comprar recién ordeñada. Era
curioso porque las vacas estaban bautizadas con nombres de artistas
de la época la BB (Bigitte Bardot), la CC ( Claudia Cardinale)la
Sofia Loren, Sara Montiel... y no voy a decir porque atributos de las vacas que tenían su homologo en las artistas de cine porque cuando me
explicaban el nombre de cada vaca había cierta sonrisa de
complicidad.
Pero,
la atención plena (hoy le llamaríamos mindfulness) se producía cuando alrededor de un hermoso transistor se reunían las mujeres
vecinas , en la postsiesta a la sombra, en la puerta de la casa, para
coser , hablar de sus cosas y escuchar a la Señorita Elena Francis
en su consultorio. Eran problemas muy graves los de las consultas y
las respuestas que eran consejos siempre muy apreciados. Definian el
modelo de mujer como deben ser, como mandan las buenas costumbres y reconducía descarriadas hacia la mujer modélica que era como la que
Dios manda.
Pero, quizás el momento culminante del día, fuese cuando llegaba el coche
de linea. A eso de las ocho de la tarde íbamos donde paraba el autobús a mirar quien venia ,y antes de que el viajero llegase a su
casa ya se había corrido la voz en todo el pueblo anunciando la
llegada de fulanito o menganito..
El
tiempo transcurría sin preocupaciones entre el amanecer y el
atardecer.Crecíamos a merced de un mundo cuyas únicas fronteras eran
hasta donde llegaba el horizonte de nuestras miradas. Y nuestras
miradas tropezaban con las montañas. Las montañas detrás de la
cuales había mas mundo pero estaban mas allá de nuestra vista y de
nuestra vida cotidiana.Con saber el nombre de los pueblecitos que se veían diseminados en las montañas de nuestro alrededor y a los
cuales podíamos ir cuando fuese su fiesta ya sabíamos todo de geografía...
Si, había un calendario de fiestas de cada pueblo. Al fin y al cabo...
eran los únicos eventos que podían motivar una salida de nuestro
pueblo. Y no siempre íbamos o nos llevaban. Porque muchas veces íbamos andando, en grupo con algunos mas mayores que hacían labores
de custodia con los más pequeños.
Y
,en realidad, cuando empece a escribir esto tan solo estaba buscando
relatar cual es la pagina principal de mi vida. Una vida que, como
todas las de la gente de mi edad, tiene muchas paginas escritas en la
memoria y otras todavía en blanco porque no ha llegado el momento.
Y
, llegado a este punto, os tengo que decir que la pagina principal de
mi vida es la de hoy. Si; la vida que vivo, la que respiro, la que
disfruto.
En
alguna parte leí una vez algo así como: “toda la sabiduría del
mundo se resume en tres palabras: vivir el instante”. Y esa en mi pagina principal.