Y no estamos
pensando para nada en una partida de cartas o en una tirada de tarot. Hablamos
en sentido figurado y nos referimos metafóricamente a los órganos sexuales
femenino y masculino.
El otro día
escuche a una señora de pueblo, de edad avanzada, referirse al as de oros
cuando hablaba de higiene corporal de una zona intima de su cuerpo. Y me llamó
la atención esa denominación por lo simbólica que resulta. Un as, siempre es un as, pero además
los oros simbolizan algo muy valioso. El as de oros en una mujer es algo muy preciado
con lo que se puede ganar muchas partidas… Alguno se sacaría un as de debajo de
la manga… otras lo llevan siempre “encima”.
Pero es que
esta mañana, una mujer joven, al mencionarle lo del as de oros me ha rebatido
de forma instantánea con el as de bastos. Pero claro, el as de bastos no tiene
valor en sí de forma intrínseca, no es más que algo instrumental. Utilitario quizás…
y sin sentido si no lo contrapones al as de oros. Incluso cuando puedas sacártelo
de debajo de la manga y ganar la partida.
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